lunes, agosto 01, 2005


¿Fín de la segmentación o Efecto Machuca?

La primera infancia es la etapa donde el niño (a) tiene las mejores oportunidades o ventajas para el aprendizaje. Es el momento preciso para asentar las bases en que se basara el futuro desempeño escolar, es aquí donde el alumno (a), debiera aprender los conocimientos, habilidades y destrezas básicas (Comprensión lectora, opreraciones básicas, resolución de problemas, nociones geométricas de forma y espacio). Lograr buenos resultados escolares depende de muchas variables a considerar, pero sin lugar a dudas, la de mayor incidencia, es la extracción social o capital cultural de cada niño (a) que acoge nuestro sistema educacional. Es mucho más complejo obtener buenos resultados con niños de hogares modestos que con niños de sectores más acomodados que han heredado un mayor capital cultural. El punto de partida para estos niños no es el mismo, y es eso lo que hay que corregir.
El estado empapado de su discurso de Igualdad y Equidad, pretende que todos nuestros educandos tengan la opción de acceder a una educación de calidad. El objetivo es loable, su forma es cuestionable.
Las medidas tomadas por el gobierno a partir de la década del 90' , han sumido a la educación pública, cuya administración que fue traspasada desde el ministerio a la municipalidades, en una situación de desventaja y desmedro. El mercado salvaje ha encontrado tierra fértil en este nuevo escenario, gracias a la herencia dejada por las leyes y políticas instauradas por el régimen militar, y que han sido ejecutadas y puestas en marcha por los gobiernos concertacionistas.
El rol subsidiario del estado alcanzó en ámbito educacional. En los últimos años se han destinado enormes recursos en este sector. Se ha puesto en marcha una nueva reforma educacional.
A pesar de todo esto, los resultados no se han visto reflejados. Ahora los esfuerzos van orientados a mejorar la calidad de la educación. El problema se radica, creo yo, en que la privatización no ha tenido los efectos esperados. Esta a contribuido a la segmentación social. Las aulas públicas han sufrido el menoscabo de este nuevo oreden de cosas. Los medios de comunicaón dan cuenta de la enorme brecha existente entre la educación pública y la privada, haciendo comparaciones erróneas entre colegios de una clasificación distinta de acuerdo a su nivel socioeconómico al que atiende, sobre la base de los resultados en el Simce y la PSU. Tácitamente, el mensaje, es promover la competencia en un sector tan sensible como es la educación, para conseguir a largo plazo, privatizarla completamente.
En esa línea podríamos encasilla esta nueva apuesta por la calidad y la igualdad, que impulsa el gobierno, como es la Subvención Preferencial. El nuevo proyecto de ley posibilitaría que los alumnos (as) más modestos de Prekinder a Cuarto año básico accedan a una educación de calidad, según palabras de los voceros de gobierno, es decir, puedan optar a estudiar en escuelas particulares subvencionadas por el estado, dado que el incentivo económico en la subvención($$$) por alumnos de este tipo sería mucho mayor. La misma fórmula se ha aplicado con éxito en Holanda y Nueva Zelanda. Habrá que ver que puede más en el caso chileno, nuestro enfermizo clasismo y segmentación social o unos pesos más para nuestros filantrópicos sostenedores que administran la educación privada. Para ello deberan sopesar los siguientes puntos:
Aceptar no seleccionar a sus alumnos
Mantener en sus aulas a los niños prioritarios independientemente de los resultados académicos que alcancen estos alumnos
No cobrar a los niños (as) prioritarios (as)
Esto lo podríamos calificar como
"Un pequeño paso para igualdad y equidad, y un salto gigante para la privatización de la educación".