Costa Salvaje (Ciudad Casino)

Por estos días estoy cagado de susto. “Las guerras que nos esperan: EEUU ataca” de Raúl Sohr me tiene con julepe, bueno digamos con pavor para que no suene tan chulo. El punto es que este tipo ve guerra en todas partes, téngase presente que este libro ha sido aclamado por su rigor analítico y calificado como premonitorio. Si hasta como que me anduve arrepintiendo de haberme sacado el servicio, si la única instrucción que hice fue con la escoba y pelando papas, el pelotón no le daba a una vaca a 10 metros, pero de que comían bien esos condenados no hay duda al respecto. Por lo pronto seguiré leyendo el texto de este bonachón periodista, un reservista como yo debe estar al tanto del acontecer político y militar, no vaya a ser que nos sorprenda una conflagración.
También estoy leyendo “El Legado Mesiánico”, antes había leído “El enigma sagrado” de los mismos autores, he llegado a pensar que en una de esas uno de mis antepasados tenga raíces galas y a su vez forme parte de la descendencia de la dinastía merovingia y por ende estar emparentado con la mismísima casa de David, solo me complica que tendría que entrar a circuncidarme, pero bueno me mando hacer una chaqueta de cuero con el sobrante, jejeje, aunque me conformo con una billetera.
Otro libro que estoy leyendo es el tercer capítulo de Las Crónicas de Narnia, pero la verdad es que Eustaquio me tiene realmente fastidiado, yo lo habría dejado para siempre convertido en dragón por desagradable, la pedantería me emputece.
En estos últimos días no he hecho grandes cosas, solo salir a comer, bailar, claro que el dolor de rodilla al otro día me dejo en claro que mis treinta años no están bien llevados, físicamente hablando. También hubo un par de chapuzones en una piscina del Quisco del Distinguido Colegio de Profesores, claro que hasta el 1,60 mts, de ahí hacia arriba mis piececitos no tocaban fondo.
Pero sin lugar a dudas el bochorno de la semana, fue gracias al séptimo arte. Estaba apaciblemente en la casa de mi polola, cuando se me ocurre poner la película 5x2, e inocentemente empecé a verla, cuando de pronto se asoma mi suegro a mirar que estaba haciendo solo en la pieza sin mi polola que no estaba en casa a esa hora, cual fue su sorpresa, aunque yo diría más la mía, cuando de pronto los protagonistas se entregan a sus instintos básicos, ella decúbito dorsal y él, solo imagínenselo, un ataque fulminante por la retaguardia de la protagonista que claramente oponía una vana resistencia. El punto es que mi suegrito solo se asomó miro y se fue, de la pieza obviamente, con una pésima impresión, la verdad es que no tuve argumento para explicar que esa escena se enmarcaba dentro de un contexto de una pareja que se encontraba en el ocaso de su relación, este cuadro la verdad me incomodó un poco, pero yo actué con tal normalidad que parecía que estuviera viendo el Rey León, claro que la versión triple X. Bueno después la película continuó con su trama, de más esta decir que esa era la única escena de sexo explícito, la cuevita ¿no?.
Después tomé confianza y me mandé otra película, The Notebook, ahí afloró una vez más mi lado femenino, corrían por mi rostro un fluido compuesto por moco y lágrima en la escena final cuando están los dos acostaditos, después de todo lo que hizo ese santo de hombre por su mujer con esa maldita enfermedad que le robo lo más sagrado que tiene un ser humano, sus recuerdos.

En resumen eso ha pasado en vida, más uno que otro ron cola, caipiriña, tequila margarita, etc, etc, etc. Esperemos que la semana que viene sea mejor.