Los clubes de Toby no nacen por simples caprichos masculinos, sino más bien por una necesidad. Funcionan sobre la premisa de mantener espacios comunes, compartir una temática concreta, ideas, imágenes; implica tener una sintonia fina en una determinada actividad o área.
Estos pueden ser de la más variada índole y gozan hasta donde sé, de una baja popularidad entre las filas femeninas, por carecer éstas, creo yo, de puntos de encuentro en común entre sus pares; esto tomado a modo general, habiendo excepciones a la regla que no constituyen regularidad. Solo a modo de ejemplo emblemático, podemos señalar el fútbol. No existe en el mundo femenino un paralelo que provoque en ellas tal convocatoria y pasión devota más allá de los pobres resultados obtenidos en este ámbito.
Estas cofradías o confraternidades del ocio, que cada hombre, joven o niño integran, previa opción personal sobre la base de intereses y características mínimas que sirven de regulador y filtro de ingreso, cumplen la función de liberar de tensiones más que divertir, mediante el placer de hacer lo que queremos, tan simple como eso, cosa rara por estos tiempos.
Mujeres, por eso las ganas, la insistencia, el ánimo, la devoción con que buscamos ese tipo de espacios que no es para todos, sino solo para los que pertenecen, más allá de los problemas que acarrean con la pareja cada juntita con los amigotes.
1 Comments:
Ja!, sin ningún otro comentario que éste.
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