Últimos días
Bueno ya pasaron las fiestas patrias, novedad, tres kilos extras ganados este fin de semana, gracias al cordero, vacuno, chancho y choripanes al por mayor, sumado al trago en sus diversas variedades: Vino puro, vino con coca cola (Jote), pisco sour, etc. La chicha la deje de lado por traicionera, no estaba para bochornos este dieciocho.
La contaminación acústica en estas fechas no es un antecedente menor, sobre todo cuando el vecino, al parecer, la pasa mejor que tú. Pensé, en algún momento debe dormir el cristiano, con paciencia de monje de claustro esperé el momento adecuado y premunido de un arsenal de cuecas, tonadas y cantos tradicionales me dejé caer implacable sobre el play cuando el susodicho pretendía descansar después de la algarabía nocturna, debo reconocer que sentí una sensación especial, llámese venganza, ya sé, mata el alma y la envenena, pero hay que reconocer que a veces es más dulce que la chica de Curacaví. Después de ese altercado de poco monta y de mala clase, y de comer como contratado, me puse en campaña de bajar la ponchera dieciochera y con la ayuda de mi polola bailé cueca hasta quemar la mayor cantidad de calorías que me fuera posible, quiero creer que en algo aplacó el rollo digno de michelín que hasta hoy me acompaña, testigo indigno de la bacanal comilona. Otra tarea infructuosa por estos días, fue nada más y nada menos que encontrar empanadas de queso, en todas partes vendían solo de pino y la verdad tuve que conformarme con comerme las esquinitas de las empanadas que comía mi polola, incluso se comió de una solo el pino y me dejó solo la cáscara, la maña fomentada hasta niveles casi inadmisibles debo reconocer, después de eso opte por buscar en las panaderías dobladitas hechas con masa de empanada, un manjar para este pacman patrio. El tiempo la verdad es que no acompaño mucho, estuvo los tres días nublado parcial, la vaguada costera hizo de las suyas. Incluso hubo largos lapsos en que el viento era casi nulo, los niños hacían esfuerzos en vano por encumbrar sus volantines, sumado a la poco tolerancia al fracaso de estos chicos imberbe, no fueron pocos los volantines que sucumbieron ante sus dueños enfurecidos, triste espectáculo; de trompos y emboques, debo reconocer su triste ocaso.
Ahora se acercan los 10 días más largos del año, donde el fin de mes se espera casi con desesperación, por mi parte solo me gaste un tercio de mi aguinaldo, evité todo derroche innecesario rayando en lo cagado.
Por ahora el rotito se prepara para celebrar mañana su día, lo más probable sea el último que celebré en esta alicaída actividad, la verdad es que me embarga un sentimiento contradictorio, mi parte racional dice ojalá sea el último año, pero mi parte emotiva dice que sean muchos más, el tiempo dirá. Hasta hace algunos años, el 21 de septiembre era digno de ser catalogado como el día más fome del año, en ese entonces el silencio era como desesperante para la mayoría de la gente que disfrutaba de ella. Ahora, la verdad se perdió esa tradición, era bueno que nos extrañaran al menos un día al año, nos hacía sentir importantes por 24 horas. No sé como voy a celebrar este día que es tan alegre por la llegada de la primavera, quizás sea momento de reflexionar sobre el futuro, futuro con el cual hoy por la tarde tengo una cita. Estoy preparado.
Bueno ya pasaron las fiestas patrias, novedad, tres kilos extras ganados este fin de semana, gracias al cordero, vacuno, chancho y choripanes al por mayor, sumado al trago en sus diversas variedades: Vino puro, vino con coca cola (Jote), pisco sour, etc. La chicha la deje de lado por traicionera, no estaba para bochornos este dieciocho.
La contaminación acústica en estas fechas no es un antecedente menor, sobre todo cuando el vecino, al parecer, la pasa mejor que tú. Pensé, en algún momento debe dormir el cristiano, con paciencia de monje de claustro esperé el momento adecuado y premunido de un arsenal de cuecas, tonadas y cantos tradicionales me dejé caer implacable sobre el play cuando el susodicho pretendía descansar después de la algarabía nocturna, debo reconocer que sentí una sensación especial, llámese venganza, ya sé, mata el alma y la envenena, pero hay que reconocer que a veces es más dulce que la chica de Curacaví. Después de ese altercado de poco monta y de mala clase, y de comer como contratado, me puse en campaña de bajar la ponchera dieciochera y con la ayuda de mi polola bailé cueca hasta quemar la mayor cantidad de calorías que me fuera posible, quiero creer que en algo aplacó el rollo digno de michelín que hasta hoy me acompaña, testigo indigno de la bacanal comilona. Otra tarea infructuosa por estos días, fue nada más y nada menos que encontrar empanadas de queso, en todas partes vendían solo de pino y la verdad tuve que conformarme con comerme las esquinitas de las empanadas que comía mi polola, incluso se comió de una solo el pino y me dejó solo la cáscara, la maña fomentada hasta niveles casi inadmisibles debo reconocer, después de eso opte por buscar en las panaderías dobladitas hechas con masa de empanada, un manjar para este pacman patrio. El tiempo la verdad es que no acompaño mucho, estuvo los tres días nublado parcial, la vaguada costera hizo de las suyas. Incluso hubo largos lapsos en que el viento era casi nulo, los niños hacían esfuerzos en vano por encumbrar sus volantines, sumado a la poco tolerancia al fracaso de estos chicos imberbe, no fueron pocos los volantines que sucumbieron ante sus dueños enfurecidos, triste espectáculo; de trompos y emboques, debo reconocer su triste ocaso.
Ahora se acercan los 10 días más largos del año, donde el fin de mes se espera casi con desesperación, por mi parte solo me gaste un tercio de mi aguinaldo, evité todo derroche innecesario rayando en lo cagado.
Por ahora el rotito se prepara para celebrar mañana su día, lo más probable sea el último que celebré en esta alicaída actividad, la verdad es que me embarga un sentimiento contradictorio, mi parte racional dice ojalá sea el último año, pero mi parte emotiva dice que sean muchos más, el tiempo dirá. Hasta hace algunos años, el 21 de septiembre era digno de ser catalogado como el día más fome del año, en ese entonces el silencio era como desesperante para la mayoría de la gente que disfrutaba de ella. Ahora, la verdad se perdió esa tradición, era bueno que nos extrañaran al menos un día al año, nos hacía sentir importantes por 24 horas. No sé como voy a celebrar este día que es tan alegre por la llegada de la primavera, quizás sea momento de reflexionar sobre el futuro, futuro con el cual hoy por la tarde tengo una cita. Estoy preparado.
7 Comments:
ay ay ay
michelines
comilona
pacman patrio?
me tuve que afirmar de la silla para no caerme de la risa.
en mi lista de canciones, la verdad es que me pegue tremendo porrazo en no incluir Gracias a la vida o La tregua, gracias por la idea de una segunda parte
abrazos
veo que lo pasaste bien este 18... me alegro montones y no te preocupes por el michelin, pues tienen su gracia también... je
Un abrazo, y sí, estoy mejor... bastante mejor...
:)
Saludos a la polola
Hola Daniel:
Y bueno... aun contesto bajo los efectos del 18 y bajo un monton de pruebas que me quedan por corregir.
Prometo que no me desaparezco más.
Por lo que leí pasaste un 18 a tope... yo acá en casa con mi family, pero bien.
Un abrazo
Paly Messer S.
UFFFF
Yo soy de Limache , al lado de Olmué...entonces esta fecha para estos lares....es LA FECHA del año
Que 18...la cagó...
Empecé el 16, ayer pedí permiso en el trabajo. Fui visionario, pues realmente ayer dediqué el día a un severo rpoceso de desintoxicación...que aún no termina.
o sea... lo del pac man criollo...excelente.
Es un placer visitar est blog.
Saludos Maestro
después de tal fin de semana yo empeze una dieta... no tan exigente... tengo que celebrar el 18 chico po' y ahí empeizo a morir de hambre para ponerme la tanga.
Lindo!!!
A ver, si mal no entendí hoy celebra su día, o sea trabajas en radio, no?.
Si es así, espero que disfrutes, pero porqué quieres dejar esa pega?.
Este fin de semana voy a la costa, a si que si ves a una morena dama sentada más de media hora en las rocas mirando el mar, tate!...esa soy yo..jajaja!.
Un abrazo,
Menos mal mi 18 fue en el campo: eso me permitió evitarme el vecino molestoso, sin embargo, las "visitas" fueron más de las esperadas, así que reconozco que cuando se fueron, fue un alivio.
Muy bueno tu post, me rei mucho,
Ah, y felicidades en este día!! (se entiende que trabajas en radio)
Saludos.
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